Cuando el vino se beba,
sediento a si mismo,
buscando el etílico alivio,
será la realidad quien busque
las glorias en el olvido.
Cuando la llama se mire
congelada y sin calor
serán las sombras y su son
los que cobijen cada fervor.
Son placidos y serenos
los murmullos del viento inquieto,
que acarician los ríos sedientos
que corren a saciarse con la mares y sus avernos.
Manchas son, las que cubren la mente
que se tiñen de negro inconsciente,
para así cuando se ponga el sol
dejar todo y volver a verse existir
en su nocturna canción.
-------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario