Naufragio

Veo caer la arena del reloj
Ahogando los instantes en terror,
Realidad paralizante y desgarradora,
Rompiendo sueños que hoy en oscuridad me ahogan.

Cada grano es añoranza y recuerdo
Azotes de un mar de anhelos
Tormentas de mi propio afán
Que hacen a mi alma naufragar

¿Cuanto quedo en pie?
¿A este navío solo yo contra las olas enfrenté?
Sentí que era capaz, de a tierra firme llegar,
Creí que mi alma podía contra la tempestad.

Sin luz hoy quedan los susurros, mis latidos
Futuros que con ira fueron abatidos.
Y hoy termina todo aquí
Cada rayo que golpea
acerca más el fin.

Destierro

Espíritus al duelo
Bajo la cobija del cruento ego,
Lejanías y silencio
Vacíos entre tu cielo y el infierno.

Roto el cielo que nos cubre,
Rojo resplandor cual sangre luce,
Frías las llamas que me queman
Tras cada paso en este infierno de sueños y quimeras.

¿Dime que fui en esta obra?
¿Solo una incauta sombra?
Tan vivo y sin aliento
Interpretando del alma las últimas notas al viento.

Dama Blanca de hielo y fuego
Errante sabes que estoy en este destierro
Eterno caminar en los rincones de este purgatorio
Donde jamás creí escuchar, de mis palabras, el silencio mortuorio.

Faust III. El Pacto

Hace muchos años escribí un conjunto de versos llamados Faust, dichos versos fueron creados tras la lectura de Fausto de Goethe y una extensa escucha de los disco Epica y Black Halo de la banda Kamelot (discos conceptuales basados en Fausto), queriendo dar mi propio matiz a la historia y un final diferente cree unos versos referentes a dichas historias y sus versiones. A continuación dejo uno de los versos que componen esta interpretación hecha por mi parte.

Tras verse Faust ya en sus limites, frustrado y deseoso por obtener más de esta vida, aparece ante el Mefistofeles, o como prefieren que lo llamen Mefisto, atraído por esa ambición que prometía darle una gran ganancia, un alma más para su colección.

Faust:
Avaricia espiritual,
conocer el bien y el mal,
saber que bajo el sol
todo tiene una razón.

Mefisto:
He aquí tu guía
tu nave y tu vigía,
he aquí tu razón…
de tus deseos la solución

Mira del infinito la ecuación,
del silencio la canción,
deja al cielo en calma,
por pago solo requiero tu alma.

Faust:
Tentadora oferta
propones en cautela,
eterna juventud
hasta que me invoque mi ataúd.

Mefisto:
El papiro, el pacto allí mira,
una simple gota de sangre por firma
y cada deseo será realidad,
toda fantasía hecha verdad.

Y al final de tus días
cada fibra de tu alma será mía,
firma hoy y verás
cada deseo hecho realidad.

 

 

El último vals

Escucho romper las olas
de ese mar de soledad
golpeando mi vida con las memorias
Tonada que llega a su final.

Olas que azotan contra el risco
sobre el cual se levantaron
de cristal los sueños cual obeliscos
que con cada golpe, como arena, se escabullen de mis manos

Dos almas bailan distantes al son
de las notas agonizantes en orgullo
temerosas y sangrantes que hoy
no quieren al perdón hacer suyo.

Y aún así aquí continúo
extendiendo las notas de esta canción,
tocando en este piano un amor que se desvirtúo,
el último vals con el cual decir adiós.

La caída del telón

Sopla frío el viento
que cruel apagar intenta
la llama de la vela,
punto final del sueño y el tiempo.

Con cada instante tiembla,
lejos del sol fue arrastrado
a sus últimas fuerzas encadenado
sin juicio se dio perversa condena.

Prisionero en farsas e ilusión
guerrero caído en pena
no quiso ver la verdad cruenta
que le arranca la vida en devoción.

Y no quedan reflejos del ayer
pues cae ya el telón,
fin y muerte en la función
cenizas de las notas que se ven en silencio arder.

 

 

Composición Fantasmagórica

Caminos de grises cenizas
Que cubren cual manto  
Los pasos en agonía
Tras la muerte en este sueño calmo.
 
Extensa fue su construcción,
Nota tras nota  
Que en su mente azota
Como los reglones torcidos de un dios.   

Poco a poco se mira
La tinta en los reglones desaparecer
Fantasma de un cálido amanecer
Que hoy frio silencio respira.   

Y cayendo ante si están  
Las sinfonías que eternas creyó
Serían su ópera magna,
su compañía y devoción. 

Flor de hielo

Me perdí tras las notas del piano
que fueron reflejos claros
de mi fría vida
que no quiso ver al ángel que le guía.

Cual purgatorio siento el trayecto tras de mí
desolado, triste, frío y gris,
caminante descalzo cuyas huellas
no dejaron rastro que seguir en la oscura arena.

Me he buscado en nieblas de un sueño
tras los silencios de este cruel verso
para al final caer justo aquí
junto a la flor de hielo que murmura el tenue fin.

Melodía de Hielo

Escarchado el último aliento,
los últimos susurros clamados al viento,
canto que hoy olvida
dejando atrás aquellos ecos de vida.
 

Cuanto silencio guarda el ser
tras los miedos nacidos con los rayos al amanecer,
pues la noche es quien resguarda
las notas y verdades de la sinfonía en este pentagrama.
 

Y hoy me pregunto para que lo intenté,
en sus líneas infinito hacer ver
cada latido que nació,
una nota, una letra, un sentimiento hecho canción.
 

Una tras otra caen esas notas,
versos mudos que en mi ahogan
las esperanzas de un eterno pasado,
melodía de hielo de un tiempo añorado. 

Diminuendo

 

Me retiraré a mi santuario de silencio
Ahí junto a las voces que se pierden en su infierno
A merced del susurro frío
Que es balada dulce en este etéreo vacío.

Fue sinfonía a través del mar
Melodías de sueños, amor y sal,
Fue dulce latido del alma
Que hoy no son más que memorias agonizantes en el alba.

Muerte dio una a una a las notas
Que se compusieron en su honor y forma
De luto hoy las musas
Lloran las realidades difusas.

Y aún aquí se espera
El dulce roce entre el mar y la arena
Una última nota que reviva
De este sueño nuestra eterna sinfonía.

Réquiem

Buenas a todos, aquí les comparto unos versos nacidos a inspiración de la noche, son de esos versos que regalan los fríos de las madrugadas, espero les sea grato.


Fantasma de niebla y plata,
Ven y dame una razón,
Un por qué para esta mente incauta
Para evitar toda destrucción.

Vienes y vas trayendo silencio,
Azote de olvido a mi tiempo
Que grano tras grano agoniza
Borrando mis trazos en esta sinfonía.

Iluso fue creer ser director
Si esta orquesta a mi ritmo jamás tocó
Ni una sola melodía
Que de mi alma nacía.

Y con la última nota murió
El ultimo verso de ilusión,
¿amor fue o fantasía?
El fin de esta ópera insípida.  

Lamento de Inocencia I

el siguiente texto lo desempolve de un viejo cuaderno, casi diez años de estar esperando ver la luz, espero  lo disfruten.

 

Despertó, frío al alma acariciante,
Otoño que late al fuego
Marcando cenizas al tiempo,
vientos al son temblante.

Amanecer que roza en calma
Aceros y cruces,
Sombras y luces
Que se atan eternos al alba.

Sacrificio del corazón,
Amor vuelto furia
Condenado y sin locura
A favor del bien y la razón.

Son las sombras hoy destino,
Maldición que marca gustosa
Herida eterna y dolorosa,
Linaje en futuro y pasado cautivo.