Me retiraré a mi santuario de silencio
Ahí junto a las voces que se pierden en su infierno
A merced del susurro frío
Que es balada dulce en este etéreo vacío.
Fue sinfonía a través del mar
Melodías de sueños, amor y sal,
Fue dulce latido del alma
Que hoy no son más que memorias agonizantes en el alba.
Muerte dio una a una a las notas
Que se compusieron en su honor y forma
De luto hoy las musas
Lloran las realidades difusas.
Y aún aquí se espera
El dulce roce entre el mar y la arena
Una última nota que reviva
De este sueño nuestra eterna sinfonía.
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