Aquí les dejo un fragmento de este cuento que me encuentro escribiendo, es aun un borrador por lo que puede contener faltas, espero sea de su agrado.
Akkad era un bello lugar,
Al-Furat y Khabor vertian sus aguas y llenaban de vida la ciudad.
Nimrod gobernaba a mano
dura pero llevando la cuidad a una bella época de bienestar; era
regio, cazador imparable, pero detrás de todo su temple de acero,
siempre pensaba en el bienestar de su pueblo.
Lo conocí bien, pues a
pesar de mi joven edad me convertí en su mano derecha, aún viniendo
yo de cuna humilde mi ingenio me ayudo a escalar.
-El cielo tan lejano, allí
donde las penas no llegan y todo es infinito, el cielo Sarif, el
cielo es a donde deberíamos ir-
-Perdón su alteza, no
comprendo a lo que se refiere- le dije un poco confundido.
-Mira Sarif, si pudiéramos
llegar ahí, a lo alto, sería el gobernante mas imponente, pues
gobernaría en las alturas, y llevaría así a mi pueblo quien en lo
alto, pero bajo de mi, estarían siempre a salvo, sin guerras, sin
temores-
-Mimrod, majestad no
comprendo su deseo-
-Mira Sarif, no debes
entenderlo, simplemente crea para mi una estructura, una manera de
llegar ahí a esas alturas-
-Así lo haré señor-
conteste un poco temeroso.
Conocía bien a Mimrod y
sabía que si no le obedecía lo pagaría con algo mas que mi vida.
Algunos lo llamaban el
dios cazador y no solo por su afición a la caza si no que circulaban
leyendas de que disfrutaba cazar a sus enemigos en combate y que como
premio tomaba sus almas para él. Nunca pude verificar dicha historia
y no quería tener que comprobarlo en carne propia.
Pasaron los días, yo me
dedicaba a tiempo completo a el diseño de la estructura, una tras
otra iban siendo desechados debido a las necesidades del rey Nimrod y
este se ausentaba por largos periodos, actuando extrañamente como si
ocultara algún secreto.
Al final de una semana de
dibujos y decepciones Nimrod aceptó un bosquejo, era una torre
circular, escalonada, cada piso sería como una instancia de la
ciudad, contando con habitaciones corredores, entre otros; mas una
petición de Mimrod me extrañó, este me pidió que a partir del
piso del ultimo nivel se dejara de manera circular un espacio en
vacío, un espacio libre que “conectara” la base de la torre con
la cima. No entendí la petición pero igual lo hice.
La construcción inició,
sin retraso; oh pobre de mi, si hubiera sabido lo que esta torre me
depararía jamas hubiera seguido las indicaciones de Mimrod, incluso
el desaparecer de esta vida hubiera sido mejor.